El ritual de celebración del Día de los Muertos
A los humanos les encantan las historias. Tienden a creer lo que oyen y ven. Los humanos pueden tener poca memoria. Comienzo este blog con estas palabras por la forma en que "el mundo" hoy ve el Día de los Muertos. Hoy no es nada de lo que fue... es decir, hasta que Bond, la escena inicial de James Bond en la película Spectre, muestra un desfile por La Alameda (la avenida de la Ciudad de México que comienza en la plaza del centro histórico).
El desfile es una colección de cientos, posiblemente miles de personas vestidas como Catrinas y Catrines, la representación victoriana imaginada de la muerte por el muy famoso artista mexicano José Guadalupe Posada. Posada utilizaba la sátira para mostrar cómo, incluso después de la muerte, las mujeres (en su mayoría) se preocupaban por arreglarse y estar guapas. Luego Diego Rivera añadió Catrinas a su mural "Sueño de una tarde de domingo en la Alameda Central". Luego, agrega la película de Disney de 2013 enormemente popular, Coco, y bueno, mis amigos, la verdadera Celebración del Día de Muertos se convierte en una cosa del pasado.
He aquí cómo se celebraban los rituales del Día de Muertos en México antes de que el resto del mundo se asomara. El 1 y 2 de noviembre eran días de recuerdo para nuestros seres queridos difuntos. Días para preparar la comida favorita del difunto, escuchar su música preferida y construir hermosos altares para celebrar su vida. Si vivías cerca del cementerio donde residía tu ser querido, entonces llevabas todo a su tumba y hacías la "fiesta" allí.
El Día de los Muertos nunca fue una celebración de lágrimas; era una celebración de la vida. Disfrutar de las cosas, costumbres y preferencias que le gustaban al difunto mientras estaba en el mundo de los vivos. Si les gustaban los globos, pues globos tendrían. Los tamales, el pozole, el mole y el tequila son "de rigor". Por supuesto, no pueden faltar los cuentos. Las anécdotas de la vida del difunto se cuentan, se vuelven a contar, se modifican, se glorifican y quizá hasta se exageran, pero todo con el espíritu del recuerdo. Las caléndulas son flores que se encuentran en todas partes y están inequívocamente relacionadas con el Día de los Muertos.
Te invito a que este año crees tu propio altar del Día de los Muertos en casa. Empieza por despejar un pequeño espacio. Coloca en este espacio una fotografía de tus seres queridos que ya no están con nosotros, pon pequeños platos con sus dulces y frutas favoritas y añade unas cuantas velas. Si dispone de caléndulas, rodee la zona con caléndulas y pétalos de caléndula. Pon una botella de su bebida favorita y un vasito o copa al lado. Si hay algún escrito o tarjeta de ellos, colócalos también allí. Recuerdos, juguetes, chucherías, cualquier cosa que les relacione con lo que les gusta también es estupendo.
Recuerda realizar este ritual de construcción del altar con gran alegría en tu corazón. Agradece los momentos que pasaste con los seres queridos que ya no están. Envíales tu amor. Y, envíales el pensamiento de que nunca serán olvidados. Porque ser olvidado es realmente una, si no "la" cosa más aterradora.